Trinoceronte

Porque 140 caracteres a veces no son suficientes

La Ciencia de la Autopublicación

Mientras vemos como el fenómeno del peer-to-peer derrumba o lentamente transforma negocios que parecían inmutables (la industria musical y la del cine, el negocio de los taxis, los hoteles y hasta el sistema bancario) los científicos seguimos sometidos a un sistema relativamente anticuado de publicación, muy lento para el ritmo frenético al que avanza la ciencia y lo peor de todo, dominado por mafias académicas y económicas que publican a quienes pueden pagar o a los que tienen la afiliación correcta. ¿Podríamos los científicos seguir los pasos de esos movimientos revolucionarios y «autopublicarnos» sin morir (profesionalmente) en el intento?

«Después de la peer-to-peer economy deberíamos empezar a pensar en la «peer-to-peer publication» en ciencias: libres del yugo de las revistas»
Junio 17 de 2014
http://bit.ly/trino-autopublicacion

P2PEl ciclo de vida de un artículo científico es relativamente simple: tienes una idea que piensas podría probarse rigurosamente; haces experimentos en el laboratorio, preparas observaciones o corres simulaciones para probarla; la idea original posiblemente se modifica pero si el camino es prometedor descubres otras cosas que se pueden desarrollar y presentar; organizas tus resultados y les das una forma que puedan leer tus pares.

Si todo fuera ideal lo que sigue debería ser sencillo y sobre todo gratis: tus pares leen el artículo, te retroalimentan y obligan a modificarlo hasta que adopta una forma que lo convierte en un nodo más de la telaraña del conocimiento científico.

Pero no es así: al terminar tu artículo (y en realidad en la mayoría de los casos desde el principio) debes decidir cuál es el journal que más le conviene a tu idea.  Bien sea que busques el máximo impacto o exposición o simplemente porque no quieres o no puedes pagar por ver tus ideas publicadas, la elección del journal se convierte en una fase clave del proceso de «creación» científica.  ¿Tiene esto algún sentido?

Si tu trabajo ha sido construído con rigor y el resultado posiblemente podría cambiar el curso de la ciencia (o al menos eso es lo que creemos todos los autores) ¿por qué debería el medio de distribución de un tercero afectar el proceso del paper? ¿tu artículo no debería ser igualmente valido si lo distribuye una empresa multimillonaria a si lo haces tu mismo con la ayuda de colegas que te ayudan a depurarlo y perfeccionarlo?

Posiblemente las respuestas a estas preguntas son bastante sencillas.  El modelo de publicación imperante en la ciencia no es una invención reciente.  Tampoco fue una invención del mundo capitalista ni ha sido siempre el negocio que para muchos ahora es.  En realidad es un modelo que emergió y evoluciono lentamente a lo largo de más de 350 años en el mundo occidental.  Tiene grandes bondades.  Los artículos solo pueden ver la luz si han sido revisados rigurosamente por uno o varios pares anónimos (una característica que convierte hasta al más condescendiente colega en un implacable juez) manteniendo a la ciencia relativamente limpia de errores y engaños (bueno, no tanto) y obligando a los científicos a aplicarse rigurosamente en demostrar lo que quieren probar.  La presentación del producto es normalmente impecable.  Empresas complejas formadas por editores y diagramadores se aseguran que los artículos se vean como productos acabados muy bonitos.

Pero ¿hace falta todo eso? si los artículos no se vieran tan bonitos, ¿serían entonces incorrectos? ¿hace realmente falta el sistema de distribución de las editoriales, los títulos de las revistas, los afamados factores de impacto entre otros elementos del sistema? si las revistas no les pagan a los pares para revisar los artículos ¿no podrían ellos revisarlos igual si el que se los pide es un colega, aún si no lo conoce? ¿es necesario esconderse detrás de un anonimato o de la intermediación de un editor «objetivo» para ser realmente implacable e impedir que se filtren los errores o los engaños?

No sé la respuesta a las anteriores preguntas, pero de lo que si estoy seguro es que la ciencia continuaría, incluso si no existieran los editores y los journals, o mejor si los editores fueran los mismos autores y los journals se reemplazaran, tal vez, por sus propios blogs o páginas personales.  Un verdadero sistema de autopublicación como el que sabemos empieza a imponerse en el mundo editorial en general.  Un sistema a-la «peer-to-peer» para compartir y distribuir la ciencia que se hace en todos los rincones del planeta.  Porque todo hay que decirlo: el valor de un artículo esta en quiénes lo escriben, en las observaciones, resultados o simulaciones que presentan, en su contribución al crecimiento del conocimiento científico.  El Journal y el Editor deberían ser secundarios.

No sé si todos ustedes saben que ya existe algo cercano a esto.  Se trata nada más y nada menos que de los «arXiv», un repositorio de manuscritos creado en el Laboratorio Nacional de los Alamos hace más de 20 años y que ha cambiado radicalmente las costumbres de publicación y en general de distribución de la ciencia al menos en el mundo de las ciencias física.  Sin embargo, los arXiv siguen estando supeditados al sistema de publicación tradicional.  Cuando se creo originalmente, se hizo con el propósito de que se pudieran leer los papers antes de que estos llegaran finalmente impresos en las revistas (preprints).  Hoy se utiliza para dar a conocer artículos antes de que termine el tortuoso proceso de edición pero normalmente después de que los manuscritos han sido ya revisados por los pares e incluso de que los autores hayan pagado por el proceso.  Los pocos que se atreven (o nos atrevemos) a enviar manuscritos a los arXiv que no han sido aceptados o revisados por pares son vistos como bichos raros y sus trabajos como curiosidades que naturalmente no pertenecen todavía a la telaraña de la ciencia (ningún Editor, ni Journal ha dado su visto bueno).   Peor aún.  Aunque muchos editores hoy aceptan que se citen artículos hechos públicos únicamente a través de los arXiv, otros lo prohíben, en un claro acto de veto editorial que los favorece.

En síntesis los arXiv son un buen intento pero todavía no llegan a propulsar una revolución analoga a la que desataron en sus propios nichos fenómenos como Napster, Cuevana, Uber e incluso los mismos iTunes y Netflix (la reacción conservadora a los fenómenos peer-to-peer).

¿Cómo imaginarse un sistema de autopublicación científica capaz de mantener los altos estándares que autores (y no editores) han mantenido en estos 350 años?  He aquí un par de ideas aisladas (y posiblemente no muy originales):

  • Todos científico o equipo científico en el mundo tendría derecho a tener un sitio público en internet para dar a conocer sus trabajos.  Yo llamaría a estos sitios «Yournals» (para no desentonar con la tradición).  De la misma manera que cualquiera puede instalar un cliente-servidor de torrent, no sería necesario pedir autorización a nadie para empezar a «compartir» la ciencia que cada uno produce.
  • El prestigio de los trabajos publicados por un científico vendría única y exclusivamente de las citas recibidas.  No del Journal en el que es publicado.
  • La revisión por pares se mantendría.  Todo paper público en la red debería declarar explícitamente cuáles colegas han revisado el manuscrito durante su existencia.  La información de contacto completa de esos colegas debería ser pública para que cualquiera verificara la veracidad de esa revisión.
  • Un manuscrito sin ninguna revisión no sería naturalmente de confiar y por la misma razón sería equivalente a un manuscrito no publicado.  Aún si todos los colegas se negaran a revisar tu artículo, alguien podría interesarse tanto en él como para ofrecer una revisión que le diera al artículo una existencia mínima.
  • Las citaciones serían más sencillas.  Bastaría el título, autor y la fecha del artículo.  Adicionalmente cada artículo tendría un identificador único, análogo a los URL de las páginas web o las direcciones torrent, que lo distinguiría de otros artículos en el planeta.
  • En un sistema así la información más importante sobre el artículo sería quién lo publico y no quién lo edito o quien hizo la diagramación y cobro la cuenta . Y es que hoy por hoy el nombre del journal aporta posiblemente el 50% del prestigio de un paper, lo que no tiene ningún sentido.
  • El acceso a todos los artículos sería completamente gratuito.  Naturalmente los manuscritos estarían sometidos a algún tipo de licencia (por ejemplo Creative Commons) pero desaparecerían los fastidiosos «paywalls».
  • La ciencia podría incluso imitar los mecanismos que han hecho a las redes sociales tan poderosas.  Los lectores de los artículos podrían indicar que les gusta el paper aunque no sean revisores.  Los «likes» a un paper podrían ayudar a encontrar ideas atractivas, inspiradoras o ingeniosas, aunque no tuvieran tantas citas.  Es cierto que la ciencia no es de emociones y «likes», pero lo que propulsa a otros a hacer ciencia son las emociones de modo que esta variable no debería sustraerse.

¿Podría esta utopía hacerse realidad? Difícilmente. Pero por algo se comienza.  Comiencen por ejemplo por dar «like» a esta entrada 😉

Lecturas recomendadas:

Actualizaciones:

  • 19/06/2014.  Edward Villegas me llama la atención en los comentarios que muchas de las ideas (poco originales) de esta entrada ya han sido implementadas en la reconocida «Research Gate».  ¡Bien por eso!  No lo sabía.  Los invito a todos que empecemos entonces a usar esta herramienta para aprender como empezar a compartir nuestra ciencia sin intermediarios.
  • 20/06/2014.  He pensado en un nombre para este nuevo fenómeno (si es que algún día llega a emerger).  Yo llamaría a los sitios de científicos y grupos que comparten sus trabajos sin intermediarios (y sin abandonar la revisión por pares) los «Yournals».
  • 20/06/2014.  Nicolás Guarín comenta abajo que los Journals tradicionales tienen ventajas reconocibles: permiten una indexación y preservación adecuada de los manuscritos científicos.  Tiene toda la razón.  En la entrada reconocía también que el modelo tradicional de publicación tiene muchas otras bondades.  Sin embargo es también importante reconocer que modelos de intercambio de información peer-to-peer han terminado por inventar sus propios sistemas (igualmente robustos y confiables) de indexación y preservación.  Nada más piénsese en la web (que es en últimas un sistema de publicación peer-to-peer) o en wikipedia.  Si queremos crear un sistema de «Yournals» deberíamos constituir organizaciones que realizarán esas tareas «sucias», como acertadamente las llama Nicolás, siempre y cuando, como lo hacen las respectivas organizaciones en el caso de la web y wikipedia, no se conviertan en organizaciones mafiosas que definen que y cómo se publica.  Su función sería únicamente de curaduría de la «metainformación» sobre las publicaciones.

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14 pensamientos en “La Ciencia de la Autopublicación

  1. cosmoscalibur en dijo:

    De hecho, considero que ya hay un avance en ese camino, solo que se ha popularizado muy poco. Y es el uso de la red social de ResearchGate. Cuando entras a la sección del articulo de un autor, ofrece la opción de realizar un open review, o solicitar a un especialista el open review (que también tenga cuenta en RG), poner en favoritos el articulo, opciones de like/dislike con los «vote» y «downvote» (a mejor relación y cantidad de vote, se promueve más el articulo en RG), compartir articulo, descargar articulo si el autor lo subio y sino se puede enviar solicitud directa al autor para que lo suba. Sistema de identificación de citaciones y contador publico de descargas. No limita el formato de publicación ni el idioma (como si lo hace ArXiv).
    Sin considerar muchas otras que potencia el uso como red social, y bueno, es gratis (la cuenta, subir el material, descargar el material).

    • Gracias Edward,

      No conocía todas estas posibilidades de Research Gate… parece que ya tiene todo lo que soñé en este blog… como dicen por ahí, ¡reinvente la rueda cuadrada!

      Ahora solo necesitamos que desaparezcan los Journals 😉

      • cosmoscalibur en dijo:

        Con gusto Jorge… estos espacios son para compartir! Por ahi @nicoguaro iba a postear algo, pero tu blog como que se la tiene velada a él y no lo deja postear.

      • Como dice Edward, ReseachGate ofrece ahora muchas opciones para incentivar que nos «destetemos» de las editoriales. Sin embargo, no me parece que los «open review» de RG sean tan usados (yo, personalmente, sólo creo haber hecho un par de ellos). Creo que, en parte, esto se debe a la expansión y a los cambios repentinos que sufrió la plataforma. Hace un par de años era mucho más fácil sentirse en una «comunidad», mientras que la plataforma actual es mucho más parecida a una «red social».

        Otro punto interesante en esta discusión es el sistema de recomendación de artículos que han introducidos aplicaciones como Mendeley y Docear. Teniendo el último la opción de buscar documentos «libres». Algo que estaría faltando en la ecuación es una herramienta que permita hacer bibliometría de manera sencilla. Google Scholar tenía la opción, pero bloquearon su API por un tiempo y ya no hay buenas herramientas (que yo conozca) para hacer bibliometría basándose en la info que genera.

        Para cerrar el comentario, creo que la existencia de «Journals» facilita la indexación y el manejo de archivo. Y este es un punto clave: el manejo de la información (y su perpetuación en el tiempo), y es ventajoso tener gente que se encarga de esas labores «sucias».

        Devolviéndote la pelota: ¿cómo manejarías vos cada una de la etapas en el proceso de publicación, indexación, perpetuación…?

      • Hola Nicolás,

        Muchas gracias por tu completo y acertado comentario.

        Yo creo que la web ha demostrado plenamente que el modelo de autopublicación y de intercambio de ideas sin intermediarios es posible y todo manteniendo estrictos estándares informáticos y el record histórico de lo que se publica. Basta pensar que aún si una página web desaparece es seguro que Google la haya conservado en sus voluminosos Caches.

        Yo creo que se puede crear una organización que lleve registro, clasifique, indexe, almacene y preserve la literatura creada sin intermediarios. La función de esta organización no sería la de los Journals de ahora, decidir qué o quién publica, sino mantener un registro de lo que se publica y en la medida de las posibilidades preservarlo para la posteridad.

        De todas maneras tampoco es que haya mucha garantía de que una compañía multimillonaria como IOP o Elsevier preserven los manuscritos que tienen en su poder. Ellos tienen la información y podrían destruirla o perderla. Creo que sería más seguro si esa información esta distribuída.

  2. cosmoscalibur en dijo:

    Aunque Nicolas, las citaciones de Google Scholar son problemáticas, de hecho tiene mucho problema para identificar artículos que son iguales, así que infla el numero de publicaciones y de citaciones de los autores. Así como mucho problema para reconocer los artículos de ArXiv.
    Lo de «comunidad» a «red social», no se, me parece algo muy sutil, y salvo por distribución en la página y accesos (y la eliminación de grupos, y reemplazarlo por tópicos y proyectos), no noto diferencias que reduzcan lo que veía antes, por el contrario, veo valores agregados… salvo porque aún no tienen API publica (pero incluso tiene un buen sistema de citaciones, al menos con autores y artículos que esten en RG).
    La perpetuación e indexación, debería ser una apuesta de políticas de gobierno y de las universidades y centros de investigación, para asegurar el alojamiento permanente y permalink para cada publicación, y una infraestructura adecuada que automatice la indexación mediante patrones de texto en las publicaciones (que igual, normalmente al presentarse a una revista, el mismo autor es quien selecciona palabras claves, tópicos, subtópicos, vocabulario controlado, secciones). Solo se requiere un sistema que extraiga dichos patrones y almacene en base de datos.
    Y para el proceso general de publicación, existen herramientas como Open Journal System https://pkp.sfu.ca/ojs/ .

    • Yo entiendo que las citaciones de Google Scholar no son perfectas. Pero además de Google Scholar y Microsoft Academic no conozco otros sistemas pa hacer la búsqueda y que sean gratuitos (prefiero Scholar porque estoy más familiarizado con él). Y efectivamente hay gente que puede «inflar» su perfil, pero se supone que uno vela por hacer las cosas bien… nunca falta el deshonesto.

      Para mí el cambio de RG sí fue notorio, sobre todo con el movimiento que había en el grupo de «Ciencia Open Source». El sistema de preguntas y respuestas es bueno, pero no llega a gustarme tanto como el de «StackOverflow». Aunque efectivamente se han creado varias herramientas que valen la pena, pero creo que la comunicación es más incomoda por existir el ruido característico de una red social.

      En efecto, la parte de perpetuación e indexación debería ser una propuesta que no esté ligada a empresas multimillonarias como Elsevier o Wiley. Y la compra de Mendeley por parte de Elsevier fue una razón para no usar Mendeley. Además, Elsevier le pidió a competidores retirar la info de sus servidores [1]. Tal vez se pueda usar algo Internet Archive [2] para artículos que ya hayan pasado el estándar mínimo.

      [1] http://svpow.com/2013/12/06/elsevier-is-taking-down-papers-from-academia-edu/

      [2] https://archive.org/index.php

      • Excelentes ideas Nico. Yo definitivamente no quisiera que el sistema de «Yournals» se convirtiera en una red social (RG) ni en un lugar para compartir hojas de vida (Linkedn)

        Necesitamos un sistema de «selfpublication» con estándares similares a los sistemas tradicionales y garantías de preservación.

        ¡Te estaré contactando después para que hablemos con mas detalle!

  3. Andrés Gómez en dijo:

    Hola Jorge leyendo tu comentario «Yo creo que se puede crear una organización que lleve registro, clasifique, indexe, almacene y preserve la literatura creada sin intermediarios.», me acuerdo de un sistema en contrucción que se llama Ethereum https://www.ethereum.org/. Este sistema esta basado en bitcoin y pretende extender la idea de moneda virtual distribuida a cualquier tipo de contrato. Por ejemplo (solo especulando) se podria crear contratos que registren, clasifiquen, indexen y preserven los articulos científicos de manera automática. Este procesamiento podría ser o no por una pequeña remuneración. Lo importante es que cualquier persona puede crear estos contratos, el sistema es totalmente abierto, público y distribuido, y aún asi criptográficamente seguro (Es decir más seguro que cualquier sistema «formal» de inexación).
    Aún no tengo idea cómo en detalle se podría implementar, pero por ahi podría ir el asunto.

  4. wtangarife en dijo:

    Hola Jorge. Me parece muy importante que se piense en un sistema de publicación controlado por los científicos mismos. Y precisamente por eso, creo que sistemas así tendrían que ser específicos dependiendo del campo de investigación. Nada más en física, la forma en la que los diferentes campos manejan sus publicaciones es muy distinta; por ejemplo, entre estado sólido y física de partículas. Cuestiones como orden de autores, referencias, y otras vainas.

    En lo que respecta a altas energías (en la cual surgió la arXiv) yo sí veo que el sistema de publicación ha avanzado millas. En su caso, la gente termina el artículo en la mañana del lunes y lo verás en la arXiv en la noche de ese mismo lunes. Así esperan unas semanas, para recibir críticas, antes de someterlo a una revista (las revistas más importantes de altas energías no prohíben la publicación en la arxiv; de hecho, uno puede someterlo dando el arXiv-ID y su sistema baja el artículo de allí); y si se llega a publicar, se actualiza la versión en arXiv, para que quede accesible al público. Lo importante es que esté en la arXiv, la cual ha logrado un sistema bueno para llevar cuenta de los artículos. Pero van más allá; para satisfacer un buen uso de la arXiv, está inSpirehep.net (más específica para HEP) en la cual vos ves que las citas son muy bien contadas, te discriminan hasta cuántas de tus citas son autocitas y todo este sistema funciona ligado a arXiv. Ellos tienen un id para cada autor que incluso resuelve el problema de los (latinoamericanos) que tenemos un montón de apellidos. Cada que uno quiere saber el perfil de alguien, lo que hace es ir a Inspire. Cuando yo apliqué a postdocs, en muchos lugares lo único que querían saber de mi era cuál era mi Inspire ID. El sistema de búsqueda es muy efectivo e Inspire incluso te puede crear tu lista de referencias usando la referencia de arXiv. En cuanto a revisión, uno ve que muchos artículos han sido resometidos a la arXiv dos o tres veces, lo cual pasa debido a que se hacen correcciones; muchas de estas son debido a intercambios con otros físicos. Y ahora el sistema también detecta cuando hay «overlap» con otros artículos (lo cual se supone debería evitar el ‘copie y peque’).

    En fin, todo esto ha sido el fruto de un largo esfuerzo en esa comunidad de altas energías, y pensando en las necesidades específicas de ellos. Y así es como el 99.9% de estos físicos usan arXiv/inspire. Yo creo que sería muy difícil unificar un sistema de publicación así para toda la ciencia, incluso solo para las ciencias físicas; pero sí creo que estos sistemas pueden funcionar entre campos específicos.

    • Gracias Walter por tu valioso comentario (que es prácticamente ¡una entrada completa!)

      Cuando trabajaba en altas energías usaba mucho Spire. Al empezar a trabajar en Ciencias Planetarias sin embargo me di cuenta que la cosa es a otro precio y con otras reglas. Por ejemplo la mayoría de los grandes papers en geofísica son publicados por Journals (o sistemas de Journals) muy cerrados (e.g. AGU Journals). Igualmente en Astrobiología se depende de Journals de Ciencias Ambientales y Biología Teórica que también son cerrados.

      El uso de arXiv en esas áreas también esta restringido. Yo llegué a este mundo con las prácticas de HEP de mostrar primero el trabajo en arXiv antes de someterlo o durante la revisión por referees y mis coautores terminaron cambiando mis costumbres a la fuerza.

      Yo creo que arXiv ha logrado unificar algunas costumbres de publicación a través de distintas áreas. Pero hace falta un esfuerzo adicional.

      Esto es particularmente importante en un mundo donde las colaboraciones multidisciplinarias son cada vez más numerosas y unificar nuestras costumbres de publicación es más difícil. Con un único sistema (no monopolizado) esto podría facilitarse.

      En síntesis: ¡soy optimista!

      Veremos el día en el que estas empresas multimillonarias que se alimentan de nuestras ideas pero especialmente de nuestro espíritu competitivo empiecen a perder terreno frente a mecanismos personalizados de publicación. También me imagino una ciencia más limpia, donde las ideas fluyan más rápidamente, la competencia por asuntos ridículos disminuya (e.g. quién publica más Nature), las verdaderas buenas ideas vean la luz a tiempo y autores de todo el mundo tengan oportunidades iguales.

      Creo que son sueños compartidos por todos.

  5. Jorge, vi este video y creo que es muy pertinente para la discusión que generás en esta entrada:

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