Trinoceronte

Porque 140 caracteres a veces no son suficientes

El Planeta Gringo

Como dice la sabiduría popular (y si no lo dice, debería) «nada que una encuesta en Internet no pueda solucionar».  Pues, ese parece ser el caso del ex planeta Plutón.  En las últimas semanas se ha venido rumorando en Internet que el susodicho planeta enano recuperaría su condición de planeta «tradicional» del Sistema Solar, gracias a los denodados esfuerzos de los «weberos» (dícese de quienes usan la web para todo desde montar o desmontar a un presidente hasta retornarle la membrecía a algún cuerpo astronómico).  Pero ¿por qué tanta alharaca con esto asunto de Plutón?.  Como todo el mundo anda opinando del asunto yo no iba a perder la oportunidad de hacerlo, así lo que diga cuente tanto o menos como lo que están diciendo las encuestas en internet.

«Ya que Plutón parece que va a ser un planeta de nuevo ¿por qué no aprovechamos entonces para sacar a Júpiter? #TambienHayRazones»
Octubre 4 de 2014
http://bit.ly/trino-pluton-jupiter

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En 2006 una pequeña fracción de la comunidad astronómica (tan o más confundida que el resto de la astrónomos por los más recientes descubrimientos en el Sistema Solar y más allá) aprobó por votación solemne (aunque minoritaria según algunos) una resolución de la Unión Astronómica Internacional, IAU (la máxima autoridad de los estándares astronómicos) en el que se limitaba el número de cuerpos del Sistema Solar a los que se debería llamar propiamente «planetas».

La definición excluía a Plutón o como lo llamaré cariñosamente en lo sucesivo el «planeta gringo» (no solo por ser descubierto por un Astrónomo de los Estados Unidos sino por la cara con la que quedo después de la resolución).

Casi desde el mismo momento en el que la noticia llego a las redes sociales (es decir 20 minutos más tarde) y hasta hoy, casi un año antes de que se realice una nueva versión de la Asamblea General de la IAU, esta vez teniendo a Plutón como «local» (la Asamblea tendrá lugar en Hawaii, Estados Unidos), no se ha dejado de discutir sobre lo acertado o desacertado de la decisión.

Nunca las Ciencias Planetarias habían tenido tanta popularidad o habían servido de inspiración para imprimir tantas camisetas como en esta oportunidad.  Los términos «TNO» (Trans Neptunian Object), «KBO» (Kuiper Belt Object), «Planetary Embryo», «Hill Radius», etc. nunca habrían sido mencionado tanto en redes sociales y sitios web por igual sino fuera por esta acertada o desacertada decisión.

not-sure-if-pluto-is-planet-but-it-is-to-meLa IAU recibió también un empujoncito en su popularidad.  La que hasta ese año había sido una organización solo conocida por los Astrónomos, paso a convertirse súbitamente en una versión científica de la OTAN o de la ONU.  Lamentablemente, para el público, con la salida del amado Plutón del club de los planetas, la IAU había tomado una decisión desacertada (como las que toman también la OTAN y la ONU) movida seguramente (según algunas versiones) por una minoría poderosa.

Juraría que hasta conatos de una nueva religión se produjeron: la religión de los «plutonistas».

En fin.  Como todo el mundo ha opinado en Internet sobre el asunto y a mi nadie me ha preguntado, les presento aquí mi propia posición sobre este «delicado» asunto.  Soy consciente sin embargo que mi opinión tendrá el mismo o menor efecto que las encuestas en Internet, las camisetas o las marchas de los plutonistas para corregir el curso de la historia de las ciencias planetarias, que valga la pena decir están pasando por su mejor momento en SIGLOS.

Habiendo dedicado estos últimos 5 años de mi vida profesional a los planetas y lo que puede crecer adentro y afuera de ellos he desarrollado una cierta sensibilidad por el tema y espero que esto se vea reflejado en mi posición y en la credibilidad de mi propuesta.

Lo primero que debo decir es que se esta volviendo una opinión general entre los teóricos y observadores de estas rarezas subestelares, como llamaré cariñosamente a partir de ahora a todos aquellos cuerpos que no fusionan, ni han fusionado Hidrógeno-1 en su interior, que la categoría «planeta» parecería ser una falacia, un vicio con origen en tiempos en los que sabíamos tanto sobre el Universo como sobre los microorganismos: nada.  No creo que la gran mayoría de los Astrónomos compartan esta opinión conmigo, pero he escuchado ya un par de expertos muy respetados en las ciencias planetarias y en los dos extremos del quehacer astronómico (el observacional y el teórico) sugerir o compartir la idea de que es inútil tratar de definir las fronteras que separan a los planetas de lo que no lo son.

Y es que como lo demostró el caso del planeta gringo (Plutón para los amigos), ponerle límite a lo que define un planeta es más difícil de lo que pensábamos.

Vesta

Vesta, considerado hasta ahora el segundo asteroide más grande del Sistema Solar, tiene, según lo ha descubierto la nave Dawn, una superficie e interior casi tan complejo como los de un planeta tradicional.

El Tamaño no es.  Piedras de tan solo un centenar de kilómetros tienen paisajes superficiales y procesos interiores complejos que antes ni nos imaginábamos (ver imagen).  Distancia al Sol o a la estrella tampoco.  Se han descubierto cuerpos de gas o roca que prácticamente rozan a su estrella y otros que están tan lejos que un estornudo los sacaría de órbita.  Relación con otros cuerpos en el sistema planetario, menos.  La resolución original de la IAU de 2006 mencionaba el hecho de que Plutón no había terminado de «barrer» las regiones cercanas a su órbitas, como si lo habían hecho otros colosos en el Sistema Solar.  Este fue uno de los aspectos más debatidos de la decisión en todos estos años.  El argumento era relativamente robusto  hasta que se descubrió hace un par de años 2 exoplanetas en órbitas tan cercanas una de otra, que resultaba realmente difícil sostener la idea de que todos los planetas limpiaban sus alrededores después de formarse.

En otras áreas de la Astronomía las categorías son más fáciles de definir.  Es el caso por ejemplo de las Estrellas.  A pesar de parecernos cuerpos fabulosos las estrellas son en realidad cuerpos bastante simplestanto así que una sola propiedad física las define casi completamente: su masa.  A un experto en estrellas usted le da una masa, dígase 0.6 masas solares y el personaje es capaz de decirle todo sobre una estrella tan pesada como eso: cuánto se demora formando, a qué velocidad rota, cuánto va a durar y cómo se va a morir.  Todas las propiedades de la estrella, su color, temperatura, rotación están íntimamente ligadas a su masa.

De la misma manera que la masa dice todo sobre una estrella, esta propiedad permite delimitar de forma precisa qué puede llamarse y que no puede llamarse así,  Hoy se sabe que si la masa de un bulto de materia cósmica es menor a 8 centésimos de la masa del Sol, el calor producido en su interior nunca será lo suficientemente alto como para que se produzca la fusión del Hidrógeno (que es justamente el fenómeno físico que hace que todas sus propiedades dependan solo de la masa).  Es decir, nada con menos masa que eso podrá llamarse estrella.  Sencillo ¿no?. No se necesito nunca una resolución de la IAU para decir cuáles de las cosas que veíamos en el cielo eran estrellas y cuáles no y mucho menos encuestas en Internet para devolverle a aquel lucero o a este otro su membrecía perdida.  Las leyes de la física hacen todo el trabajo por nosotros.

Y en el caso de los planetas ¿no es igual?.  Lamentablemente, no.  Una vez una bola de materia hecha de hidrógeno, helio y otros elementos más pesados, tiene una masa inferior a la necesaria para convertirse oficialmente en una estrella, cosas muy complejas pasan en su interior.  Lo primero que pasa a la materia de la que están hechas estas rarezas «subestelares» es que a las bajas temperaturas propias de los lugares donde no hay fusión del Hidrógeno los átomos empiezan a unirse para formar moléculas (una cosa bastante extraña en la mayoría de las estrellas) y otros racimos atómicos.  Lo que antes era una masa uniforme de «baba hidrogenoide» con iones atómicos diluidos, se convierte ahora en un cuerpo que podría desarrollar capas de elementos y moléculas diferentes y en estados diferentes al gaseoso (líquido y sólido).  Estas capas interactúan entre sí para crear cosas novedosas, desde campos magnéticos, costras dinámicas (cortezas, placas tectónicas, océanos de baba no-hidrogenoide), volcanes, atmósferas e incluso vida.

En fin, el destino de la materia, cuando no puede fusionar Hidrógeno es increíblemente diverso y rico y a la compleja diversidad emergente difícilmente se la puede encasillar.  Es cierto que los astrónomos hoy hablan de enanas marrón, super jupiteres, planetas, asteroides y cometas, pero también es cada vez más claro que las fronteras entre esos distintos niveles de complejidad astronómica son muy borrosas.  ¿Por qué preocuparse entonces por las resoluciones de un grupo de burócratas?

A mi también se me ocurren otras propuestas tan ridículas o acertadas como aquellas de excluir o incluir a Plutón en la lista de planetas.  He aquí algunas alternativas que podrían considerarse también.  Y como las encuestas están de moda no pierdan tiempo y vayan directamente a este enlace para votar por la mejor alternativa que redefina el paisaje «burocrático» del sistema solar:

  • Opción «socialista»: Declarar a todos los cuerpos del Sistema Solar y otros descubierto más allá en una sola categoría: subestrellas.  No más discriminación.
  • Opción «diplomática»: Declarar como planetas a todos los cuerpos con masa (tamaño) igual o menor a Júpiter y masa (tamaño) mayor o igual al cometa Halley (que lleva su nombre en honor a un astrónomo inglés y no hay que hacerles a ellos tampoco el desplante).
  • Opción «hippie»: Declarar a Plutón nuevamente como un planeta, con la respectiva consecuencia de incluir a los otros 20 cuerpos como él que han sido descubiertos desde 1930 y no necesariamente por científicos de los Estados Unidos.  Esto, siempre y cuando se acepte el parágrafo especial de llamar a Tritón «planeta prisionero».  Se sabe que el pobre fue capturado por Neptuno contra su voluntad y hoy gozaría de la condición de planeta si no fuera por su mala suerte y por las abusivas aventuras orbitales de su victimario.
  • Opción «individualista»: Hacer una categoría única por cada cuerpo.  Al fin y al cabo la complejidad de los procesos subestelares es tan grande que es difícil encontrar dos cuerpos enteramente iguales o siquiera parecidos.  De ese modo se definirían los objetos subestelares «Vulcanos», es decir cuerpos con un radio entre 0.1 y 0.15 radios terrestres, compuestos en un 50% de Hierro.  De ellos se conoce solamente un objeto en el Universo: Mercurio.  Estarían también los objetos subestelares «Gaias».  Cuerpos con masa y radio igual a la Tierra situados en la zona de habitabilidad circumestelar o circumbinaria, cubiertos por una biosfera extendida en toda su superficie, atmósfera e incluso en la corteza.  Lamentablemente se conoce un solo objeto de este tipo y algunos piensan que la probabilidad de encontrar otro en el Universo e incluso en el multiverso es prácticamente nula.
  • «Opción Conservacionista»: Devolver a Plutón su membrecía de planeta sin darsela a otros TNOs, pero retirarsela a Júpiter, a Saturno y cualquier otro planeta con sus características descubierto en el futuro más allá de los bordes del cinturón de Kuiper.  Es que a decir verdad Júpiter y Saturno se parecen a todo menos a sus supuestos hermanos menores.  Los astrónomos todavía debaten si se forman a partir de remolinos de gas o si lo hacen como bolas de nieve que ruedan acumulando basura por una ladera, como lo hacen los demás.  A todo eso hay que sumarles que son los únicos que están hechos casi exclusivamente de Hidrógeno y Helio además de tener cuerpos que tendrían todo su derecho a considerarse planetas en sí mismos: las lunas gigantes.  Esos gigantes nos están robando espacio para los chiquitos más indefensos.

¡Voten antes que los «plutonistas» impongan su elección!

¡nos vemos en Hawaii en Agosto de 2015!

La Encuesta de una Clasificación Planetaria Aleternativa
The Alternative Planetary Classification Poll
http://bit.ly/alternative-planetary-classification-poll

Actualizaciones:

  • Octubre 7 de 2014.  A los interesados en este enlace podrán ver los resultados parciales de esta «gran» encuesta.  Cuando lleguemos a 100,000 respuestas tendremos la atención de la IAU ¿o no?

Resultados Parciales de la Encuesta «Una Clasificación Planetaria Alternativa»

Navegación en la entrada única

2 pensamientos en “El Planeta Gringo

  1. En biología hay problemas de clasificación a diario y no son publicitados como ésto.

    Mis dos centavos: A pesar de que sé que hay una relación enorme entre cómo se genera ciencia y cómo se piensa en sociedad, el problema es más sociológico y linguístico que científico, y el asunto a cambiar aquí es que las personas han opinado sentimentalmente y no argumentan nada que sea objetivo. El debate lo deben plantear bien los astrónomos planetarios, allá en la IAU, y aunque es claro que cada quien puede tener sus opiniones al respecto, no me parece sensato decir que Plutón se merece volver a ser planeta, básicamente sólo porque antes lo era. Recomiendo meter a la discusión la frase de Mike Brown, el astrónomo que descubrió Eris, dijo (lo traduje del inglés)

    «a través de todo éste loco procedimiento que parece un circo (through this whole crazy circus-like procedure), de alguna manera se topó con la respuesta correcta (somehow the right answer was stumbled on). (Esa respuesta) se ha venido acercando desde hace largo rato (It’s been a long time coming). Eventualmente la ciencia se auto-corrige, incluso cuando las emociones fuertes están involucradas ( Science is self-correcting eventually, even when strong emotions are involved).»

    Yo ya me he visto en problemas con mis amigos porque soy de los pocos que argumentan que no hay problema con clasificar a Plutón como Planeta Enano.

    • Hola Sebas,

      Gracias por tu comentario.

      Definitivamente estamos de acuerdo en que con encuestas en Internet no se define esto. Esta entrada de blog en parte fue una respuesta a ese despropósito.

      Es interesante obviamente que la gente se sienta participe del desarrollo de la ciencia pero hay cosas para las cuales es mejor dejar que los expertos hagan lo que consideren más conveniente para la disciplina.

      La discusión científica que esto ha generado ha sido también un producto secundario muy interesante.

      En síntesis, todo es bueno excepto que se llegue siquiera a considerar la posibilidad que una encuesta en Internet o que la nostalgia de unos cuantos románticos pueda alterar una decisión burocrática de la IAU.

      Ellos se han mantenido al margen de las fuerzas en internet que les piden nombrar cosas basadas en la opinión de la gente y espero que en este caso pase lo mismo.

      Si han de modificar la definición (incluso considerando alguna de las opciones medio en broma, medio en serio que propuesto), que lo hagan por las razones adecuadas.

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