Trinoceronte

Porque 140 caracteres a veces no son suficientes

El Otro Analfabetismo

¿Sabe usted que es el analfabetismo científico?.  Posiblemente no, pero imagino que el término le «suena» y pensara que debe ser algo tan feo como el analfabetismo a secas (no saber leer, ni escribir).   He aquí una guía (con un poco de humor) para detectar esta condición que en el siglo de las comunicaciones a la velocidad de la luz, los viajes espaciales y la genética, se ha extendido peligrosamente incluso hasta esferas de la sociedad que creería uno están a salvo.  Una reflexión sobre el que debería ser considerado un problema social y cultural bastante serio y del que además podría depender la solución a otros problemas aún peores.  Como siempre, ofrezco también aquí algunas ideas sobre como «automedicarse» para empezar a superar esta condición, si es que tiene la mala suerte de padecerla.

«Guía para reconocer un Analfabeta Científico: come ciencia, se comunica con ciencia, se calienta con ciencia… pero no sabe de ciencia »
Enero 10 de 2014
http://bit.ly/trino-analfabetismo

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Una bella ilustración que tome de este otro interesante artículo que encontré en lamula.pe http://bit.ly/1C58wPN. Recomendada.

No es sino oír hablar a algunos periodistas en nuestro país (Colombia) de los logros de la «raza humana» o del peligroso desplazamiento del eje de rotación de la Tierra después de un tsunami o un terremoto, para que uno empiece a darse cuenta lo extendida de una condición que se ha dado en llamar el «Analfabetismo Científico» (Scientific Illiteracy lo llaman los gringos).  Condición que obviamente ellos mismos desconocen por culpa de un desafortunado circulo vicioso (su analfabetismo científico les impide reconocer o admitir en primer lugar que existe algo llamado analfabetismo científico).

Como las definiciones son a veces cosas de locos y entenderlas requiere justamente tener un «alfabetismo científico» mínimo, les propongo aquí hacer un ejercicio para detectar rápidamente si usted o alguien que usted conozca, esta sufriendo de esta extendida condición.

No se sienta mal si una o dos de las siguientes cosas le son familiares; de cosas peores se muere la gente y aún mejor, existen formas relativamente sencillas para empezar a superarlo (al final le ofrezco una guía básica).

Si se siente ofendido, le ofrezco mis disculpas por anticipado.  Si le consuela, yo mismo me defino como un Analfabeta Político, en busca de una cura que lamentablemente no he podido encontrar.  De modo que espero la lectura de esta entrada no represente para usted un drama personal o familiar y al contrario le sirva para reconocer un problema que aqueja a la sociedad a la que pertenece.

Guía para detectar a un Analfabeta Científico

Dícese de un Analfabeta Científico como aquel adulto que teniendo una educación mínima (secundaria, universidad e incluso un posgrado) responde positivamente a al menos una y en los casos crónicos a todas las siguientes descripciones:

  1. Ha utilizado el término «raza humana» para referirse a nuestra especie o a la Sociedad como un todo.
  2. La última vez que asistió a una clase de ciencias o matemáticas fue en el último grado de la secundaria (o la primaria), y peor aún, no le gusto ni cinco.
  3. Encuentra insoportable la «buena» ciencia ficción y preferiría un western o una comedia romántica.
  4. Sostiene que mientras la Teoría de la Evolución sea tan solo una «teoría» otras alternativas (el creacionismo por ejemplo) deberían considerarse igualmente válidas.
  5. Usa con frecuencia el argumento de que la «perfección» de la naturaleza es una prueba inconfundible de la grandeza de un creador.
  6. Exige que la ciencia respete sus creencias sobrenaturales y supersticiones y que se mantenga en el dominio que le corresponde.
  7. Considera una o todas las siguientes historias siquiera creíbles: «el hombre no fue a la Luna», «el gobierno intenta envenenarnos usando los contrails de los aviones», «el eje de la Tierra se desplazo peligrosamente después del último tsunami», «Marte se verá del tamaño de la Luna llena», «existen máquinas capaces de crear grandes terremotos y peligrosos huracanes»,  «la NASA y el Gobierno de los Estados Unidos esconde secretos sobre la existencia de vida extraterrestre» entre muchos otros.
  8. Se ha burlado de un descubrimiento científico o ha considerado algún avance en la ciencia de frontera como un desperdició miserable de dinero cuando hay tanta gente muriendo de hambre en África.
  9. Considera a Stephen Hawking el científico más importante después de Einstein (y si tiene más de 80 años, en su tiempo considero a Einstein el hombre más inteligente que ha vívido jamás).
  10. Come con ciencia, se comunica y viaja con ciencia y admite que sabe muy poco  de ciencia.

Si le suenan familiares las anteriores situaciones entenderá ahora de que estamos hablando.

Tal vez ahora le parezcan poca cosa estos pequeños deslices en el uso del idioma (Síntoma 1), o nada muy grave desconocer a los grandes personajes de la historia de la ciencia (distintos de Einstein) que construyeron el mundo en el que vive (Síntoma 9) e incluso no ve nada grave en la idea de que sus supersticiones tengan un lugar privilegiado en la sociedad (Síntoma 6).  Pero la cosa es mas complicada.

El Analfabetismo Científico rampante se esta empezando a convertir en un verdadero peligro para las sociedades modernas.  Sociedades boyantes económicamente como la de Estados Unidos, están viendo como grupos poderosos de analfabetas científicos se apoderan del sistema educativo publico (en algunos estados) para imponer primitivas versiones del mundo que fueron superadas en la edad media.

El analfabetismo científico es un verdadero problema en países como Estados Unidos, líder indiscutible en el área.  Si eso pasa allá, que diremos por acá.

El analfabetismo científico es un verdadero problema en países como Estados Unidos, líder indiscutible en el área. Si eso pasa allá, que diremos por acá.

En países como Colombia, periodistas que sufren de un claro analfabetismo científico, mueven la opinión de la gente para oponerse a decisiones trascendentales que tienen que ver con el avance científico de todo un país.  Recuerdo aquí el caso de la fallida compra del primer satélite colombiano hace unos meses y de la ferviente oposición de algunos medios de comunicación para que este paso trascendental se diera.  Periodistas que estudiaron en Universidades de prestigio pero nunca recibieron una sola clase de Física o Astronomía por considerarlas innecesarias para tomar o analizar decisiones.  ¡Que bien que les habrían sentado esas clases en este caso!. Esos mismos periodistas consideran por ejemplo que es mejor promover que los niños se vuelvan futbolistas en lugar de científicos o pensadores, algo que también requiere un entrenamiento de toda la vida.

Y lo peor, líderes políticos, dirigentes de gremios o de conglomerados económicos, con un analfabetismo científico rampante, que toman decisiones basados en sistemas de creencias que no sostendrían el más mínimo análisis usando los métodos que la ciencia ha aplicado por siglos para construir el mundo en el que vivimos.  Líderes que incluso llegan a dar importancia a los consejos de un chamán (católico o indígena o de cualquier otra afiliación supersticiosa) en lugar de rodearse de científicos o al menos de profesionales letrados científicamente.

Al contrario, en una sociedad con un alto grado de Alfabetismo Científico los ciudadanos podrán tomar mejores decisiones, estén estas relacionadas o no con asuntos «naturales».  La ciencia no solo se trata de física de partículas, nuevas especies biológicas o planetas extrasolares; se trata de pensar mejor, de hacerlo sobre la base de evidencia (o del potencial para conseguir una); de evitar las hipótesis extra (fuerzas sobre naturales, «manos negras» y conspiraciones), pero sobre todo de «cuantificar» o entender las dimensiones verdaderas de las cosas.

Un ciudadano letrado científicamente podrá entender mejor las verdaderas dimensiones de algunas decisiones públicas, tanto las que no le convienen (cuya incidencia normalmente es maximizada por la propaganda) como los que le convienen verdaderamente y que son minimizadas por analfabetas científicos para los cuáles es posible que 1 átomo en un frasco tenga algún efecto químico o físico real sobre el cuerpo humano, justamente porque no entienden la diferencia entre 1 y 10^23 átomos.

El analfabetismo numérico un problema profundamente relacionado con el analfabetismo científico.  Tomado de: http://bit.ly/1KAf0Mk

El analfabetismo numérico un problema profundamente relacionado con el analfabetismo científico. Tomado de: http://bit.ly/1KAf0Mk

En una sociedad «letrada» científicamente, no es posible que prosperen las organizaciones supersticiosas que hacen de la suya cuando el analfabetismo se apodera incluso de las esferas más educadas.  Me refiero a las religiones organizadas que no pagan impuestos, tienen a chamanes ocupando escaños en el senado y son la última palabra en asuntos morales.

En un sociedad letrada científicamente la religiosidad, si es que existe, se vuelve un asunto personal en lugar de un asunto de estado.  Un asunto de contingencia frente a las dificultades (porque nuestra biología no nos permite deshacernos completamente de formas irracionales de ver el mundo), pero no el paisaje con el que convivimos en sociedades como la Colombiana en la que por ejemplo para tener una buena educación hay que tener plata o permitir a un colegio religioso que llene de ideologías medievales y supersticiosas la cabeza de tus hijos.

Ahora bien ¿qué se puede hacer para disminuir el grado de analfabetismo científico?  El reto es grande cuando hablamos de países o sociedades enteras.  Los Estados Unidos o Colombia son buenos ejemplos de sociedades que tienen frente a sí retos monumentales para reducir el analfabetismo científico de sus ciudadanos (si es que a los analfabetas científicos que ostentan el poder les llega a interesar que eso pase).

En un plano personal, las cosas pueden ser más un poco más fáciles.

He aquí algunas recomendaciones mínimas (en el estilo muy «Cosmopolitan» de esta entrada) que puede usted seguir para aumentar su grado de alfabetismo científico si es que se identifico peligrosamente con muchos de los puntos enumerados al principio.

  1. Comience por entender que la ciencia no es una ideología más.  Esta llena de seres humanos imperfectos, unos que tendemos a ser dogmáticos o tener opiniones fuertes y otros que son bastante apáticos por los asuntos sociales.
    La Ciencia es un descubrimiento que incluso hoy quienes estudiamos la vida en el Universo, nos preguntamos si ocurre en todas partes donde hay vida y organismos inteligentes.
    Es una forma de organizar el mundo que ha resultado ser altamente efectiva y productiva en términos de proveernos los medios y el conocimiento para sobrellevar mejor la existencia e incluso progresar más allá de nuestros condicionantes biológicos.
    Piense en esta frase: «si los dinosaurios hubieran tenido un programa espacial tal vez no se habrían extinto». En la rama del árbol de la vida a la que ellos pertenecieron, nunca se produjo el «milagro natural» que presenciamos en nuestra propia rama.
    Nuestra propia especie que tiene 100,000 años, solo lleva 400 años pensando científicamente y hoy podemos decir que si nos enfrentáramos a un riesgo similar al que enfrentaron los dinosaurios, saldríamos mucho mejor librados que ellos.
  2. Tome uno varios cursos de ciencias o matemáticas recreativas en Internet o en alguna Universidad que los ofrezca.  Recuerde que saber un poco de biología no solo sirve para pasar un examen de estado (que usted ya paso) o una entrevista en una multinacional farmacéutica (posiblemente usted ya tiene trabajo en su propia área y no necesita, supuestamente, saber nada de biología).  Al hacerlo entenderá mejor los riesgos sobre el medio ambiente que implican ciertas decisiones gubernamentales, entenderá algo sobre su propia naturaleza como el animal que es y hasta podrá evaluar mejor alguna decisiones médicas en su vida.  Todo entre muchos beneficios que le acarreara conocer la que es la rama de la ciencia más cercana a su vida.
  3. Vea documentales de ciencia, asista a conferencias o véalas en Internet.  Mejor aún, empiece a comprar y leer algunas revistas sobre avances científicos y tecnológicos y léalas con disciplina, de la misma manera que lee esa literatura «deliciosa» que publica la Revista Dinero o las diatribas elaboradas de columnistas políticos o de comentaristas deportivos.  ¡Pero cuidado! Hay revistas supuestamente científicas que hacen tanto por su alfabetismo científico como el Whatsapp por su ortografía.  La ciencia no se trata únicamente de una colección de datos sorprendentes o historias inexplicables.  Se trata de historias muy reales sobre cosas que ni en sus sueños mas alocados creería que fueran posibles.
  4. Intente entender por un momento el mundo en el que vive.  No me refiero a entender a sus vecinos o al conflicto en medio oriente.  Pregúntese cosas sencillas como porque los árboles crecen hacia arriba y no hacia los lados o cómo llega la electricidad a su casa o como funciona (o deja de hacerlo) la batería de su teléfono celular.  Intente investigar en Internet la causa de estas cosas, así parezca en principio un ejercicio infantil.  Descubrirá lo mucho que se puede aprender en el proceso sobre cosas realmente relevantes, incluso antes de responder la pregunta original.  Mejor aún, descubrirá que saber ciertas cosas inútiles lo prepara para resolver otras bastante útiles.
  5. Póngale números a su vida.  Yo sé que es difícil, pero no le estoy pidiendo que repase los casos de factorización o peor los métodos de integración del cálculo.  Intente entender la verdadera dimensión numérica, cuantitativa, de los datos, usando por ejemplo analogías.
    Si le dicen que el eje de la Tierra se desplazo en un Tsunami, no se quede con la «frasesita», ni la repita como lorito en las redes sociales o en reuniones familiares.
    Pregunte siempre por el número.  Si se lo dan, intente compararlo con cosas reales.  12 centímetros de desplazamiento del eje de rotación de un planeta como la Tierra es mucho menos que un paso de niño  ¿Cuántos pasos cree que se necesitan para bajar del polo norte al Ecuador? ¡miles de millones! ¿Entonces?.  Haga lo mismo cuando intenten minimizar algo que otros dicen que es más grande de lo que parece.
  6. Este es quizá el consejo más importante.  Si usted considera que su caso esta perdido y que duda mucho que pueda hacer cualquiera de las anteriores cosas, pero tiene en su familia más cercana, hijos, sobrinos, vecinos jóvenes que podrían alfabetizarse científicamente a tiempo, no los desanime.  No les diga, por ejemplo, que las matemáticas o las ciencias no les servirán para nada porque igual usted no sabe nada de ellas y ya tiene una jubilación.
    Evite inscribirlos en sistemas organizados de creencias o supersticiones.  Deje que en su vida personal crean lo que les ayude a sobrellevar la existencia así sea distinto a lo que usted cree o lo que creyeron sus abuelos.  No les imponga la superstición, ni por la fuerza, ni con la supuesta calidez de la «tradición».

Si todo lo anterior le pareció muy ofensivo, evite ofender a alguien más haciendo un comentario de mal gusto y pase mejor al siguiente enlace de internet que se haya encontrado en las redes sociales.

Si le parece que esta «causa» vale la pena, pero usted es un ciudadano letrado científicamente, comparta algunas de estas ideas con esos conocidos suyos que sabe cumplen a cabalidad con la descripción del principio.

Otras lecturas:

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11 pensamientos en “El Otro Analfabetismo

  1. Thor en dijo:

    He leído varios de sus escritos y me da la impresión de que su comprensión del periodo de tiempo conocido como medievo (algo más de 1000 años) se equipara absolutamente con otros términos como superstición, falta de rigurosidad académica y falta de inquietud o curiosidad intelectual….. Bueno, no sé si esté interpretando adecuadamente el uso que usted hace de dicho término (medieval), pero, en todo caso, quisiera saber cuál es su comprensión general de ese periodo histórico.

    • Gracias por su comentario.

      Efectivamente, mis conocimientos sobre el medioevo y sobre MUCHOS otros temas de los que hablo aquí es increíblemente limitado.

      Este es un espacio de opinión, no un libro académico. Normalmente me preparo académicamente solo para escribir textos científicos y no columnas de opinión.

      Si usted desea puede recomendarle a los lectores algunas referencias bien eruditas sobre el tema. No sé si eso cambia el punto central del escrito, si le da más o menos validez (la verdad lo dudo).

  2. Thor en dijo:

    En este caso lo cambia todo. Además, no se trata de simple erudición sino de honestidad intelectual, más si se trata de un escrito que pretende denunciar o hacer explícito un tipo de analfabetismo.

    Uno esperaría que el que publica un texto de opinión de este tipo pueda dar cuenta (lo cual no quiere decir que deba ser un experto en) de todas las ideas u opiniones que sugiere, o ¿acaso no es éso lo que usted le reclama a «algunos periodistas de nuestro país (Colombia)»?

    • Insisto en que las imprecisiones señaladas por usted no cambian en nada el punto central de la entrada.

      De modo que insisto: gracias por su comentario. Ojalá lo acompañara de referencias más precisas para los lectores interesados. Trataré de ser más juicioso en el futuro, aunque insisto en que dudo que me vaya a documentar mejor de lo que no he hecho sobre temas irrelevantes para las opiniones expresadas.

      Déjeme extender aún más mi posición. Es Apostaría que mis conocimientos sobre el medioevo (casi nulos como usted correctamente señala) son a aquellos de la mayoría de historiadores de Colombia, lo que el conocimientos que ellos tienen sobre la fabricación de proteínas en las células o la organización del Sistema Solar es a lo de una persona medianamente alfabetizada en temas científicos.

      La diferencia es que con lo primero (saber sobre el medioevo) no se logra casi nada, excepto pasar como un erudito o una persona muy culta. Con lo segundo, se acerca uno al entendimiento del mundo en el que vive; este es justamente el fondo de la problemática del analfabetismo científico: dar muy poco valor a conocimientos y valores intelectuales modernos.

      A propósito, me recuerda usted a algunos amigos intelectuales, expertos también en el medioevo (y muy admiradores por supuesto de los valores intelectuales y logros de aquel período de tiempo), pero que al mismo tiempo cometen el craso error «posmodernista» de pensar que lo conocido o conseguido en aquellos siglos siquiera aplica, al menos en cuestiones naturales, al mundo moderno.

      Espero no sea usted uno de ellos y que sus críticas estén genuinamente justificadas por un interés en la precisión académica de lo que se escribe.

  3. Anibal en dijo:

    Usted dice:

    “La diferencia es que con lo primero (saber sobre el medioevo) no se logra casi nada, excepto pasar como un erudito o una persona muy culta.”

    “…Justamente el fondo de la problemática del analfabetismo científico es: dar muy poco valor a conocimientos y valores intelectuales modernos”

    Pienso que no se puede negar la cientificidad de la historia y su importancia para la comprensión del mundo en el que se vive. ¿No será que sin advertirlo, está sufriendo Usted de alguno de los síntomas de analfabetismo científico?

    • ¿O tal vez de «analfabetismo histórico»? Dejemos las otras formas de analfabetismo para otra entrada (en otro blog). Yo mismo reconocí en la entrada que soy analfabeta en otras cosas. Ese no es el punto.

      Es obvio que un analfabeta científico siempre se va a escudar en el analfabetismo histórico, político, artístico o social de los científicos. Es una reacción natural. Aún así, no es la historia del medioevo la que lo tiene a usted sentado frente a un teclado juzgando mis conocimientos de historia.

      Se lo pongo en otros términos: si todo lo que sabemos sobre el medioevo desapareciera de la faz de la Tierra (grave perdida) la mortalidad infantil seguiría siendo baja y los dientes no se nos caerían antes de los 80. ¿Cometeríamos los mismos errores del medioevo? ¿volverían las monarquías, los emperadores, las pandemias y los problemas sociales del medioevo? Lo dudo.

      Si en cambio, se perdiera definitivamente un capítulo de la biología moderna, dígase por ejemplo, la biología celular, los resultados serían catastróficos.

      Si me dan a escoger (y solo si me dan a escoger) OBVIAMENTE prefiero no saber de historia, que no saber un poco de biología. Por suerte la Universidad y los medios de comunicación se han encargado de que no sean un completo analfabeta en historia (como si son completos analfabetas científicos algunos humanistas MUY reconocidos).

      El otro problema es que para esos otros analfabetismos el MEN ya tiene leyes: 10% de los créditos de los programas de ciencia y tecnología tienen cursos de humanidades (incluyendo por supuesto historia).

      Pero los historiadores ¿saben algo de química?

      Los medios nos bombardean a diario con lecciones de derecho, economía, historia, música, arte… el que sea un completo analfabeta en ese contexto esta jodido.

  4. Thor en dijo:

    Con respecto a la remisión que le producen mis comentarios acerca de lo que usted llama «posmodernistas», debo decir que distingo bien los métodos de investigación natural propios del Medievo de los del moderno y, distinguiendo esto, distingo también las potencialidades explicativas de uno y otro método, lo cual conduce a afirmar, naturalmente, que la fuerza explicativa del método científico moderno y contemporáneo es millones de veces más potente que el del Medievo. Sin embargo, dudo que la «episteme de la semejanza» (aunque “primitiva”) no pueda ser una forma válida de iniciarse en la investigación natural; de hecho, usted mismo lo sugiere cuando recomienda el uso de la analogía, la cual es un elemento esencial de dicha episteme.

    Ahora, que la aplicabilidad en la época contemporánea de conocimientos adquiridos en épocas pasadas sea de carácter dudoso, es una cualidad que parece extenderse mucho más ampliamente que sólo al Medievo. Por ejemplo, de qué les sirve a los astrónomos contemporáneos las quejas y los argumentos de Al-Haytham en contra del ecuante; de qué sirve el modelo de los sólidos regulares de Kepler; qué es el observatorio de T. Brahe comparado con los observatorios actuales. Incluso las teorías de físicos tan reconocidos e importantes como Newton, Maxwell, Einstein o Bohr tienen sus contradicciones y sus límites, lo cual no es más que síntoma de finitud, de historicidad y de humanidad. Además, no por el hecho de tener una creencia religiosa se es menos competente en la investigación natural, es más, esa creencia puede llegar a ser un motivo, un impulso para la investigación, tal es el caso de Newton, por ejemplo, o, más recientemente, de Monseñor G. Lemaître.

    Por otra parte, es un claro error de razonamiento aceptar que se es incompetente en una materia y luego afirmar que ésta no sirve para nada. Así, al no tener autoridad académica para hacer este tipo de afirmaciones, ellas sólo pueden obedecer a un pre-juicio. Por lo cual, así yo fuera capaz de ofrecerle a usted las referencias más “eruditas” y los argumentos más sólidos a favor del Medievo, usted no se escucharía más que a sí mismo. De manera que es innecesario tratar de defender algo que es capaz de defenderse por sí solo, claro está que, para poder que ello se defienda, hay que dejarlo hablar, y, para que pueda hablar, tiene que haber una apertura al diálogo, lo cual implica a su vez suspender e inquirir sobre los propios prejuicios.

    La modernidad, en contraposición a eso que usted llama “posmodernidad”, es mucho más que simple programa e ideología, es un modo de ser, es actitud crítica y objetiva tanto para con los otros como para consigo mismo. De modo que, parafraseando a Todorov, también hay muchos “modernistas” que, creyendo promover el programa y los valores propios de la modernidad y la ilustración, lo que realmente hacen es darles una puñalada por la espalda.

    Para finalizar debo decir, por una parte, que no soy un experto en el Medioevo ni en ciencia, lo que no quiere decir que no me interesen ni me apasionen. Y, por otra parte, quisiera sugerir una referencia medieval de primera mano y mencionar uno de las invenciones y los legados que ha dejado dicha época para nosotros:

    1) La referencia: François Rabelais.
    2) La invención y el legado: Universitas magistrorum et scholarium: el gremio de los dedicados a enseñar y aprender. Lo que hoy conocemos como Universidad.

    • Al margen. He aquí otro ejemplo de ignorancia sobre el medioevo: http://www.las2orillas.co/cruz-ficcion. Debe haber una especie de pandemia de prejuicios.

      Sobre su respuesta. Excelentemente escrita. Gracias por la referencia (lo digo honestamente).

      Pero veo que usa demasiadas palabras, razonamientos muy elaborados (o enrevesados), citas y términos académicos. Me suena, me suena: claros síntoma de «posmodernismo». De una élite educada que sabe pensar muy bien pero que desconoce el tamaño de una célula sanguínea o la dirección del movimiento de los planetas.

      Ya me estoy animando a escribir una opinión al respecto.

      Dejemonos de discusiones bizantinas (perdón si hago una inadecuada referencia al medioevo de nuevo) y discutamos lo que esta sobre la mesa: el analfabetismo científico y las limitaciones a la libertad de expresión de los ateos vs. la tolerancia (milenaria) a la superstición, incluso en sociedades modernas e ilustradas.

      Creo que para argumentar en favor de esto (o sensibilizar a la gente de que existen posiciones diferentes a las expresadas por la mayoría, que es realmente el propósito de una columna de opinión) no se necesita pasar por discutir el valor central de la «episteme de la semejanza» o el uso apropiado de la palabra «medioevo».

      ¿Alguna crítica real a las problemáticas que estoy exponiendo en el blog?

  5. Thor en dijo:

    En su escrito se hace referencia sistemática a cuestiones como la religiosidad y la superstición, las cuales usted vincula directamente con el Medioevo. De hecho, esas referencias hacen parte de las descripciones que usted postula como «sintomáticas» del analfabetismo científico (descripciones 4, 5 y 6). Más aún, en las recomendaciones para superar dicho analfabetismo, usted hace especial énfasis en la recomendación 6, en la cual también se hace referencia a la superstición y la religiosidad. Por todo ello, traté de demostrarle con mis argumentos que la religiosidad y las creencias sobre naturales no significan, necesariamente, simple superstición, falta de rigurosidad académica, falta de inquietud o curiosidad intelectual, etc.

    Con respecto al síntoma «posmodernista» del que supuestamente adolezco, debo decir que discrepo de su diagnóstico. Es más, la actitud y el modo de ser que trato de cultivar tienen más de 25 siglos de historia. Y, dicha actitud y modo de ser, también me han hecho querer aprender y hacer ciencia; por lo cual le anticipo que, muy seguramente, usted será profesor mío en el pregrado de Física que voy a hacer (y esto lo digo enhorabuena, es decir, en el sentido del que pretende escuchar y aprender del que posee conocimientos muy importantes).

    En esta medida, no sé cómo se ajuste este interés que tengo, en la comprensión que usted tiene del posmodernismo; sin embargo, ya que piensa escribir una opinión inspirada en mis comentarios, quisiera sugerirle un título para dicha columna, algo así como: «Estamos en peligro, los posmodernistas se tomarán las clases de ciencias» (entiéndase por el verbo «tomarán», escuchar, aprender y hacer ciencia).

    Ahora, con respecto a los hechos terroristas en Francia semanas atrás, debo decir que sería demasiado ingenuo afirmar, por una parte, que lo que detonó dichos actos eran meras cuestiones religiosas y, por otra parte, que las caricaturas de Charlie Hebdo eran simple crítica y sátira, inconfundibles con el insulto puro y llano. Nadie que conozca medianamente o tenga información sobre la guerra de liberación de Argelia de 1954-62, además de las intervenciones Occidentales en Medio Oriente desde hace más de 50 años, puede afirmar que el terrorismo se debe a meras cuestiones religiosas. Del mismo modo, nadie que analice escrupulosamente los medios de reproducción del semanario C. Hebdo, el público a quien va dirigida cada publicación y la forma cómo hace humor, lo que se sacrifica por el humor, puede decir que dicho semanario no ha incurrido en lo que W. Benjamin llama mecenazgo ideológico.

    El terrorismo es condenable, sin lugar a dudas. Pero, no es sino escuchar hablar a algunas personas de «libertad de expresión absoluta», o de que «occidente no debe tener miedo, porque ellos también tienen sus armas para defenderse y atacar», para uno darse cuenta del tipo de ideología que se está reproduciendo. Como si la Libertad careciera de límites y como si occidente no hubiera perdido el “miedo” hace ya largo tiempo”: esa abstracción incoherente de la “libertad de expresión absoluta” puede tener lugar en la cabeza de muchos despistados, pero No en una Democracia real. Y, además, occidente ya perdió ese tal “miedo”, tanto que lo instrumentalizó. En síntesis, uno podría decir que la tendencia correcta es al arte o a la prensa lo que las buenas intenciones a la moral.

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